En el anterior artículo de esta serie que escribo a propósito del Centenario de la Revolución, describí la venida de Carranza a Sonora y su llegada a Nogales, misma que le sirvió para conocer no sólo esta frontera sino a gran parte de los nogalenses y adentrarse en las rencillas y mecanismos de coexistencia que había entonces entre los distintos grupos locales y regionales.
En este siguiente artículo tocaré la segunda venida de Don Venustiano a nuestra frontera desde Hermosillo, cuando ya conocía a los sonorenses. La importancia que tuvo para el desarrollo de la revolución esta segunda estancia en nuestra población fue primordial, ya que fue precisamente durante esta segunda estancia aquí, en esta frontera y no en Hermosillo, como se maneja a veces, cuando Carranza emitió su Decreto No 10, firmado el día 17 de octubre, por el que integró su gabinete de gobierno.
Según el texto de este decreto, el ganador del momento fue el Ingeniero Ignacio Bonillas, el mismo que había hecho el plano del fundo legal de esta población hacía ya 29 años, ya que Bonillas fue asignado para dirigir dos Secretarías, la de Fomento y la de Comunicaciones y Obras Públicas. Esta designación hecha por Carranza constituyó por otro lado un golpe para el Gobernador Maytorena, ya que las rencillas entre el Gobernador Maytorena y Bonillas se remontaban a finales del siglo anterior, en particular al año de 1897, cuando el cuñado de Maytorena, Cirilo Ramírez, había competido en contra de Bonillas por la Presidencia Municipal de Nogales, y al ver que iba perdiendo se apoderó de varias casillas, lo que llevó a los Maytorenistas a imprimir un opúsculo en el que daban a conocer lo sucedido. Esto había llevado al Gobernador de Sonora entonces, Ramón Corral, ya casi concluyendo su periodo de gobierno, a nombrar a Bonillas como Presidente Municipal de Nogales.
La población hermana a la sonorense, Nogales, Arizona, por entonces había sido adornada en sus calles, ventanas y postes con banderolas que llevaban los colores de los Elks, ya que alrededor de 700 de sus miembros habían venido a la población vecina a su convención, a la que también asistía el Gobernador del Estado, George P Hunt.
El día de la llegada de Carranza, domingo 12 de octubre, por la mañana había estado amenazando tormenta, aunque conforme avanzaban las horas se fue aclarando el cielo. A mediodía llegaba a la estación, ubicada entonces unos cuantos metros al Sur de la frontera, un tren especial que traía a los gobernadores de Coahuila, Venustiano Carranza y de Sonora, José María Maytorena. Este tren había salido de Hermosillo el sábado, aunque los pasajeros habían pernoctado en Magdalena, en donde fueron recibidos con festejos.
Llegando el tren a esta frontera, bajaron los políticos y se dirigieron al cercano edificio de la Presidencia Municipal, ubicado en la esquina de Campillo y Juárez –en donde actualmente se encuentra correos- para presenciar un desfile y pronunciar los consabidos discursos, mientras las bandas de música llenaban el aire y le daban ambiente musical al festejo.
Vendría después una corrida de toros con tres animales en el lado sonorense, mientras que en el arizonense se realizaba un juego de beisbol entre los equipos Tucson Regulars y Nogales Association Team, en el que los tucsonenses ganaron 4 a 2. Ya atardeciendo se reunían en la frontera misma los Gobernadores Carranza, Hunt y Maytorena e intercambiaban discursos. Primero Carranza pronunció unas palabras agradeciendo la bienvenida, seguido por el Gobernador Hunt quien habló sobre la grandeza de nuestra nación, cuidándose, sin embargo, de hacer alguna mención sobre las diferencias que ya entonces se perfilaban entre Carranza y Maytorena: hacía sólo tres meses que Maytorena había sido reinstalado como Gobernador Constitucional de Sonora, y ya desde entonces sus problemas con los constitucionalistas no habían dejado de manifestarse.
Anocheciendo, el hotel Montezuma de la población vecina se convertía en el escenario de un banquete para el cual se sacrificaron tres becerros, y la fiesta continuó hasta ya pasada medianoche amenizada por la música y el líquido ambarino de Milwaukee.
El día siguiente, lunes, partía el tren nuevamente, llevando a los políticos ahora a Cananea, y allí permanecieron entre reuniones, mítines y festividades hasta el jueves, cuando regresaron a Nogales. Y fue aquí, un día después del regreso de Cananea, cuando firmó Carranza el decreto que formaba su gobierno.
Ya anocheciendo el viernes, día 17, para concluir esa semana en el norte de Sonora de actividades políticas de planeación de la futura estructura gubernamental, acudieron todos los acompañantes del Gobernador Carranza al teatro Ramírez a escuchar un concierto. Este teatro, ubicado en donde actualmente se encuentra el Edificio del Estado, le pertenecía a Cirilo Ramírez, como ya dije cuñado del Gobernador Maytorena. Y aunque no he rescatado la lista de asistentes al mismo, es probable que el Ingeniero Bonillas no se haya encontrado entre ellos.
domingo, 25 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
La venida de Carranza a Nogales
Como traté en la colaboración anterior de esta serie que escribo en conmemoración del Centenario y Bicentenario, después de la reunión en Nogales el 28 de julio de 1913 en la que se intentaron conciliar las diferencias entre las dos facciones en las que se habían dividido los revolucionarios constitucionalistas: por un lado el Gobernador Constitucional con licencia, José María Maytorena (cuya foto aparece a la izquierda), quien buscaba ser reinstalado en la Gubernatura y Alvaro Obregón, Jefe de las Fuerzas en el Estado; y por el otro el Gobernador Interino Ignacio L. Pesqueira (cuya foto aparece abajo a la derecha), el Tte Crnl. Plutarco Elías Calles, Presidente Municipal de Nogales en funciones y Jefe de las Armas en el Municipio, así como otros más, entre quienes se encontraba Alfredo Breceda como Representante de Carranza, la revolución continuó.
Y mientras que la campaña militar de Obregón en la Costa del Pacífico recuperaba para los revolucionarios casi todo el Estado de Sonora, con excepción de Guaymas, por otro lado las cosas no iban muy bien para Don Venustiano Carranza, quien no había logrado tomar Saltillo ni Monclova, en su Estado, Coahuila. Así, decidió venir a Sonora y aquí reorganizar su gobierno. Unos días antes de la reunión que menciono de Nogales, Carranza partía a caballo frente a unos 150 hombres. Atravesó Durango y entró a Chihuahua, pasando por Parral a mediados de agosto, y el 12 de septiembre arribaba a El Fuerte, Sinaloa, de donde avisó a los revolucionarios sonorenses que estaba por entrar a nuestro Estado.
A ese lugar fueron a recibirlo un nutrido grupo de sonorenses, entre quienes estaba Alvaro Obregón (mostrado a la izquierda), y juntos entraron a Sonora. En Navojoa se detuvo el grupo varios días, de donde Carranza fue llevado a conocer Alamos y Huatabampo, en donde Obregón tenía su casa. Regresaron después a Navojoa y allí tomaron el tren para dirigirse a Cruz de Piedra, cerca de Guaymas, ya que el puerto era el último reducto que conservaban los Huertistas. De este último lugar se dirigieron al Norte a caballo, pasando por Santa María. De este trayecto de dos días sólo nos ha quedado la versión, que nos dejó Alfredo Breceda, gente de todas las confianzas de Carranza, de lo que Obregón le dijo a Carranza: “Aquí no tenemos agraristas, a Dios gracias. Todos los que andamos en este asunto lo hacemos por patriotismo y por vengar la muerte del señor Madero; tampoco les damos alas a los obreros, y si no allí está Calles en la frontera, que es el azote que tenemos para los levantiscos.”
En Santa María los esperaba el Gobernador Maytorena, y en Estación Maytorena se realizó un desfile militar en honor de Carranza. En seguida continuaron por tren a Hermosillo, a donde llegaron el 22 de septiembre, y esa noche se realizó una verbena popular en la Plaza Zaragoza y un baile en el salón de recepciones del Palacio de Gobierno. En Hermosillo, Carranza pronunciaría un histórico discurso en el que plasmó cual sería su proyecto de gobierno.
De Hermosillo, Carranza continuaría rumbo al Norte y escogió a Nogales como base de operaciones (a la izquierda muestro una foto que le fue tomada en la actual Escuela Pestalozzi), de donde visitaría Cananea y Agua Prieta, y aquí, en Nogales, se dio a la tarea de organizar su nuevo gobierno. El 17 de octubre firmaba el decreto Número 10 que creaba ocho Secretarías: de Gobernación, Hacienda y Crédito Público y Comercio, Relaciones Exteriores, Justicia, Instrucción Pública y Bellas Artes, Fomento, Comunicaciones y Obras Públicas, y la de Guerra y Marina.
Gobernación quedó temporalmente bajo el Lic. Rafael Zubarán Capmany, Hacienda y Crédito Público bajo el Subsecretario encargado del despacho, Carlos M. Ezquerro, Relaciones Exteriores bajo Isidro Fabela, aunque la mejor posición la logró el Ing. Ignacio Bonillas, quien había elaborado el Plano del Fundo Legal de Nogales en 1884, y bajo cuya dirección quedaron dos Secretarías, la de Fomento y la de Comunicaciones y Obras Públicas.
Por otro lado, para el desarrollo de los hechos bélicos, el país fue dividido en siete regiones militares bajo el nuevo Secretario de Guerra y Marina, Gral Felipe Angeles (mostrado a la izquierda), mientras que Obregón quedaba como Jefe del Cuerpo del Ejército del Noroeste, Francisco Villa bajo el mismo puesto pero del Ejército del Norte y Pablo Gonzalez en la región del Noreste.
El día 4 de marzo Obregón regresaba de Nogales, en donde acompañaba a Carranza a Hermosillo, y allí permaneció hasta el día 14, cuando se dirigió a Estación Maytorena, cerca de Guaymas. Un día después, ponía al mando de las tropas que sitiaban a Guaymas al Gral. Salvador Alvarado, y nombraba al Crnl Plutarco Elías Calles como Comandante Militar de Hermosillo y Jefe de las Armas Fijas en el Estado. Con esa disposición se reanudaría la pugna entre Calles y Maytorena.
Carranza, por otro lado, tal vez pensaba que ésta sería la última ocasión que tendría que intervenir para resolver los problemas entre él y Maytorena. Sin embargo, estaba equivocado ya que pronto tendría que hacerlo.
Y mientras que la campaña militar de Obregón en la Costa del Pacífico recuperaba para los revolucionarios casi todo el Estado de Sonora, con excepción de Guaymas, por otro lado las cosas no iban muy bien para Don Venustiano Carranza, quien no había logrado tomar Saltillo ni Monclova, en su Estado, Coahuila. Así, decidió venir a Sonora y aquí reorganizar su gobierno. Unos días antes de la reunión que menciono de Nogales, Carranza partía a caballo frente a unos 150 hombres. Atravesó Durango y entró a Chihuahua, pasando por Parral a mediados de agosto, y el 12 de septiembre arribaba a El Fuerte, Sinaloa, de donde avisó a los revolucionarios sonorenses que estaba por entrar a nuestro Estado.
A ese lugar fueron a recibirlo un nutrido grupo de sonorenses, entre quienes estaba Alvaro Obregón (mostrado a la izquierda), y juntos entraron a Sonora. En Navojoa se detuvo el grupo varios días, de donde Carranza fue llevado a conocer Alamos y Huatabampo, en donde Obregón tenía su casa. Regresaron después a Navojoa y allí tomaron el tren para dirigirse a Cruz de Piedra, cerca de Guaymas, ya que el puerto era el último reducto que conservaban los Huertistas. De este último lugar se dirigieron al Norte a caballo, pasando por Santa María. De este trayecto de dos días sólo nos ha quedado la versión, que nos dejó Alfredo Breceda, gente de todas las confianzas de Carranza, de lo que Obregón le dijo a Carranza: “Aquí no tenemos agraristas, a Dios gracias. Todos los que andamos en este asunto lo hacemos por patriotismo y por vengar la muerte del señor Madero; tampoco les damos alas a los obreros, y si no allí está Calles en la frontera, que es el azote que tenemos para los levantiscos.”
En Santa María los esperaba el Gobernador Maytorena, y en Estación Maytorena se realizó un desfile militar en honor de Carranza. En seguida continuaron por tren a Hermosillo, a donde llegaron el 22 de septiembre, y esa noche se realizó una verbena popular en la Plaza Zaragoza y un baile en el salón de recepciones del Palacio de Gobierno. En Hermosillo, Carranza pronunciaría un histórico discurso en el que plasmó cual sería su proyecto de gobierno.
De Hermosillo, Carranza continuaría rumbo al Norte y escogió a Nogales como base de operaciones (a la izquierda muestro una foto que le fue tomada en la actual Escuela Pestalozzi), de donde visitaría Cananea y Agua Prieta, y aquí, en Nogales, se dio a la tarea de organizar su nuevo gobierno. El 17 de octubre firmaba el decreto Número 10 que creaba ocho Secretarías: de Gobernación, Hacienda y Crédito Público y Comercio, Relaciones Exteriores, Justicia, Instrucción Pública y Bellas Artes, Fomento, Comunicaciones y Obras Públicas, y la de Guerra y Marina.
Gobernación quedó temporalmente bajo el Lic. Rafael Zubarán Capmany, Hacienda y Crédito Público bajo el Subsecretario encargado del despacho, Carlos M. Ezquerro, Relaciones Exteriores bajo Isidro Fabela, aunque la mejor posición la logró el Ing. Ignacio Bonillas, quien había elaborado el Plano del Fundo Legal de Nogales en 1884, y bajo cuya dirección quedaron dos Secretarías, la de Fomento y la de Comunicaciones y Obras Públicas.
Por otro lado, para el desarrollo de los hechos bélicos, el país fue dividido en siete regiones militares bajo el nuevo Secretario de Guerra y Marina, Gral Felipe Angeles (mostrado a la izquierda), mientras que Obregón quedaba como Jefe del Cuerpo del Ejército del Noroeste, Francisco Villa bajo el mismo puesto pero del Ejército del Norte y Pablo Gonzalez en la región del Noreste.
El día 4 de marzo Obregón regresaba de Nogales, en donde acompañaba a Carranza a Hermosillo, y allí permaneció hasta el día 14, cuando se dirigió a Estación Maytorena, cerca de Guaymas. Un día después, ponía al mando de las tropas que sitiaban a Guaymas al Gral. Salvador Alvarado, y nombraba al Crnl Plutarco Elías Calles como Comandante Militar de Hermosillo y Jefe de las Armas Fijas en el Estado. Con esa disposición se reanudaría la pugna entre Calles y Maytorena.
Carranza, por otro lado, tal vez pensaba que ésta sería la última ocasión que tendría que intervenir para resolver los problemas entre él y Maytorena. Sin embargo, estaba equivocado ya que pronto tendría que hacerlo.
Etiquetas:
Carranza,
Felipe Angeles,
historia,
Ignacio Bonillas,
Maytorena,
Mexico,
Nogales,
Obregón,
revolucion,
Sonora
domingo, 11 de abril de 2010
La primera reunión entre los Revolucionarios en Nogales
Después de haber tomado la plaza de Nogales, el Crnl. Alvaro Obregón se dirigió a Cananea, la que se le rindió el 24 de marzo de ese 1913, y el día 13 de abril tomaba Naco, con lo que la frontera sonorense quedó bajo el control de los Constitucionalistas.
Mientras esto sucedía, el Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, proclamaba el 26 de marzo el Plan de Guadalupe, en el que desconocía al gobierno de Victoriano Huerta, mientras que el Gobernador de Sonora, José María Maytorena, también desconoció a Huerta, aunque pidió licencia y se fue a Tucsón. Un mes después, en abril regresó a Sonora y le ofreció su colaboración al Gobernador interino, Ignacio L. Pesqueira, mientras que Obregón se dirigía al Sur del Estado a combatir a los huertistas, iniciando así una brillante carrera militar en la que lograría el control total del territorio sonorense.
Así pasó esa primavera, y mientras que Maytorena intentaba recuperar su posición de Gobernador Constitucional del Estado, en lo que era apoyado por el Gobernador Venustiano Carranza, que veía su propia posición de Gobernador de Coahuila reflejada en el problema de Maytorena, por otro lado un grupo de revolucionarios sonorenses se oponía a su regreso a la gubernatura sonorense.
De esta manera, los revolucionarios sonorenses se dividieron en dos: por un lado los Pesqueiristas, entre quienes se encontraba el mismo Gobernador Interino, Ignacio L. Pesqueira, quien obviamente no veía con buenos ojos devolverle la gubernadura a Maytorena (quien aparece en la foto de la izquierda), además de Roberto Pesqueira, quien había sido nombrado Jefe de Aduanas, y el Crnl. Plutarco Elías Calles.
Por otro lado, Obregón apoyaba a Maytorena, como represalia contra el Gobernador Pesqueira, quien había intentado menoscabar el poder de Obregón al nombrar a Salvador Alvarado jefe de las fuerzas militares en Sonora. Mientras, Maytorena mismo contaba con un poder propio, según lo reconoce Alan Knight, ya que: “Como cualquier político de altura, Maytorena tenía su red de clientes, concentrados en Guaymas y en el Sur, los cuales, como es natural, apoyaban su derecho.”
Es decir, la división en facciones de los revolucionarios constitucionalistas sonorenses se presentó entonces entre los Pesqueiristas, que representaban al Norte del Estado, y el grupo de Maytorena, que representaba a los poderes del Sur del mismo.
Fue entonces que Alfredo Breceda, representante de Carranza en la región, propuso que se celebrara en Nogales una reunión entre los actores de ese conflicto para resolver sus diferencias. Así fue cómo se reunieron a las ocho de la noche del 28 de julio de ese 1913, en el edificio de la Presidencia Municipal de nuestro municipio fronterizo, que entonces se encontraba ubicado en la esquina de Campillo y Juarez, en donde actualmente se encuentra Correos, el Gobernador Interino, Ignacio L. Pesqueira, acompañado de Alvaro Obregón, de Plutarco Elías Calles, y el Gobernador con licencia, José María Maytorena, además de la intervención de Alfredo Breceda (cuya foto aparece abajo) y de otros más.
No se sabe a ciencia cierta lo que ocurrió en esta junta; mientras que Don Francisco R. Almada escribe que en ella Maytorena presentó un mensaje de Carranza en el que recomendaba que nadie le presentase obstáculos para que reasumiera la gubernatura del Estado por ser muy importante moralmente que la Revolución contase con el apoyo del Gobernador Constitucional de Sonora, por otro lado Héctor Aguilar Camín sostiene que no se sabe a ciencia cierta lo que fue tratado en ella.
De cualquier manera, el tema de esta junta debió haber sido la aceptación o rechazo al regreso al poder del Gobernador Constitucional, José María Maytorena. Bajo este escenario, todos intentaron ganar terreno: mientras que los opositores de Maytorena trataron de condicionar su aprobación a que éste accediese a eliminar a sus amigos de su gobierno, además de que les explicara cual sería su programa de gobierno, Maytorena por otro lado se negó con evasivas a acceder, ya que menoscabaría su posición; por otro lado Obregón sostuvo su regreso, basándose en su oposición al grupo de Pesqueiristas.
El 3 de agosto, Maytorena reasumía en Hermosillo la Gubernatura de Sonora, “siendo mi primer acto reponer a Obregón en su puesto de Jefe de las fuerzas de cuyo cargo había sido destituido por mi antecesor.” Con esta acción, Maytorena intentaba ganarse para sí la lealtad de Obregón, después de que éste le había confesado en Nogales que no aceptaría el ofrecimiento que le había hecho Carranza de nombrarlo Jefe de las Armas en Chihuahua, ya que eso significaría su tumba. En ese caso, le había dicho quien en unos años más se convertiría en símbolo de la revolución y Presidente de la República, que mejor renunciaría a la revolución y se retiraría a Los Angeles, California.
Parecería que después de la junta de Nogales los conflictos entre las facciones revolucionarias quedaban atrás. Lo que nadie podía prever era que el acuerdo del regreso de Maytorena al poder del Ejecutivo del Estado sólo sería temporal y sin fundamento, ya que desembocó en la división creciente entre las facciones de revolucionarios sonorenses, fisura que se agravaría durante los meses venideros.
Mientras esto sucedía, el Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, proclamaba el 26 de marzo el Plan de Guadalupe, en el que desconocía al gobierno de Victoriano Huerta, mientras que el Gobernador de Sonora, José María Maytorena, también desconoció a Huerta, aunque pidió licencia y se fue a Tucsón. Un mes después, en abril regresó a Sonora y le ofreció su colaboración al Gobernador interino, Ignacio L. Pesqueira, mientras que Obregón se dirigía al Sur del Estado a combatir a los huertistas, iniciando así una brillante carrera militar en la que lograría el control total del territorio sonorense.
Así pasó esa primavera, y mientras que Maytorena intentaba recuperar su posición de Gobernador Constitucional del Estado, en lo que era apoyado por el Gobernador Venustiano Carranza, que veía su propia posición de Gobernador de Coahuila reflejada en el problema de Maytorena, por otro lado un grupo de revolucionarios sonorenses se oponía a su regreso a la gubernatura sonorense.
De esta manera, los revolucionarios sonorenses se dividieron en dos: por un lado los Pesqueiristas, entre quienes se encontraba el mismo Gobernador Interino, Ignacio L. Pesqueira, quien obviamente no veía con buenos ojos devolverle la gubernadura a Maytorena (quien aparece en la foto de la izquierda), además de Roberto Pesqueira, quien había sido nombrado Jefe de Aduanas, y el Crnl. Plutarco Elías Calles.
Por otro lado, Obregón apoyaba a Maytorena, como represalia contra el Gobernador Pesqueira, quien había intentado menoscabar el poder de Obregón al nombrar a Salvador Alvarado jefe de las fuerzas militares en Sonora. Mientras, Maytorena mismo contaba con un poder propio, según lo reconoce Alan Knight, ya que: “Como cualquier político de altura, Maytorena tenía su red de clientes, concentrados en Guaymas y en el Sur, los cuales, como es natural, apoyaban su derecho.”
Es decir, la división en facciones de los revolucionarios constitucionalistas sonorenses se presentó entonces entre los Pesqueiristas, que representaban al Norte del Estado, y el grupo de Maytorena, que representaba a los poderes del Sur del mismo.
Fue entonces que Alfredo Breceda, representante de Carranza en la región, propuso que se celebrara en Nogales una reunión entre los actores de ese conflicto para resolver sus diferencias. Así fue cómo se reunieron a las ocho de la noche del 28 de julio de ese 1913, en el edificio de la Presidencia Municipal de nuestro municipio fronterizo, que entonces se encontraba ubicado en la esquina de Campillo y Juarez, en donde actualmente se encuentra Correos, el Gobernador Interino, Ignacio L. Pesqueira, acompañado de Alvaro Obregón, de Plutarco Elías Calles, y el Gobernador con licencia, José María Maytorena, además de la intervención de Alfredo Breceda (cuya foto aparece abajo) y de otros más.
No se sabe a ciencia cierta lo que ocurrió en esta junta; mientras que Don Francisco R. Almada escribe que en ella Maytorena presentó un mensaje de Carranza en el que recomendaba que nadie le presentase obstáculos para que reasumiera la gubernatura del Estado por ser muy importante moralmente que la Revolución contase con el apoyo del Gobernador Constitucional de Sonora, por otro lado Héctor Aguilar Camín sostiene que no se sabe a ciencia cierta lo que fue tratado en ella.
De cualquier manera, el tema de esta junta debió haber sido la aceptación o rechazo al regreso al poder del Gobernador Constitucional, José María Maytorena. Bajo este escenario, todos intentaron ganar terreno: mientras que los opositores de Maytorena trataron de condicionar su aprobación a que éste accediese a eliminar a sus amigos de su gobierno, además de que les explicara cual sería su programa de gobierno, Maytorena por otro lado se negó con evasivas a acceder, ya que menoscabaría su posición; por otro lado Obregón sostuvo su regreso, basándose en su oposición al grupo de Pesqueiristas.
El 3 de agosto, Maytorena reasumía en Hermosillo la Gubernatura de Sonora, “siendo mi primer acto reponer a Obregón en su puesto de Jefe de las fuerzas de cuyo cargo había sido destituido por mi antecesor.” Con esta acción, Maytorena intentaba ganarse para sí la lealtad de Obregón, después de que éste le había confesado en Nogales que no aceptaría el ofrecimiento que le había hecho Carranza de nombrarlo Jefe de las Armas en Chihuahua, ya que eso significaría su tumba. En ese caso, le había dicho quien en unos años más se convertiría en símbolo de la revolución y Presidente de la República, que mejor renunciaría a la revolución y se retiraría a Los Angeles, California.
Parecería que después de la junta de Nogales los conflictos entre las facciones revolucionarias quedaban atrás. Lo que nadie podía prever era que el acuerdo del regreso de Maytorena al poder del Ejecutivo del Estado sólo sería temporal y sin fundamento, ya que desembocó en la división creciente entre las facciones de revolucionarios sonorenses, fisura que se agravaría durante los meses venideros.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)