domingo, 25 de abril de 2010

La segunda venida de Carranza a Nogales

En el anterior artículo de esta serie que escribo a propósito del Centenario de la Revolución, describí la venida de Carranza a Sonora y su llegada a Nogales, misma que le sirvió para conocer no sólo esta frontera sino a gran parte de los nogalenses y adentrarse en las rencillas y mecanismos de coexistencia que había entonces entre los distintos grupos locales y regionales.

En este siguiente artículo tocaré la segunda venida de Don Venustiano a nuestra frontera desde Hermosillo, cuando ya conocía a los sonorenses. La importancia que tuvo para el desarrollo de la revolución esta segunda estancia en nuestra población fue primordial, ya que fue precisamente durante esta segunda estancia aquí, en esta frontera y no en Hermosillo, como se maneja a veces, cuando Carranza emitió su Decreto No 10, firmado el día 17 de octubre, por el que integró su gabinete de gobierno.

Según el texto de este decreto, el ganador del momento fue el Ingeniero Ignacio Bonillas, el mismo que había hecho el plano del fundo legal de esta población hacía ya 29 años, ya que Bonillas fue asignado para dirigir dos Secretarías, la de Fomento y la de Comunicaciones y Obras Públicas. Esta designación hecha por Carranza constituyó por otro lado un golpe para el Gobernador Maytorena, ya que las rencillas entre el Gobernador Maytorena y Bonillas se remontaban a finales del siglo anterior, en particular al año de 1897, cuando el cuñado de Maytorena, Cirilo Ramírez, había competido en contra de Bonillas por la Presidencia Municipal de Nogales, y al ver que iba perdiendo se apoderó de varias casillas, lo que llevó a los Maytorenistas a imprimir un opúsculo en el que daban a conocer lo sucedido. Esto había llevado al Gobernador de Sonora entonces, Ramón Corral, ya casi concluyendo su periodo de gobierno, a nombrar a Bonillas como Presidente Municipal de Nogales.


La población hermana a la sonorense, Nogales, Arizona, por entonces había sido adornada en sus calles, ventanas y postes con banderolas que llevaban los colores de los Elks, ya que alrededor de 700 de sus miembros habían venido a la población vecina a su convención, a la que también asistía el Gobernador del Estado, George P Hunt.

El día de la llegada de Carranza, domingo 12 de octubre, por la mañana había estado amenazando tormenta, aunque conforme avanzaban las horas se fue aclarando el cielo. A mediodía llegaba a la estación, ubicada entonces unos cuantos metros al Sur de la frontera, un tren especial que traía a los gobernadores de Coahuila, Venustiano Carranza y de Sonora, José María Maytorena. Este tren había salido de Hermosillo el sábado, aunque los pasajeros habían pernoctado en Magdalena, en donde fueron recibidos con festejos.
Llegando el tren a esta frontera, bajaron los políticos y se dirigieron al cercano edificio de la Presidencia Municipal, ubicado en la esquina de Campillo y Juárez –en donde actualmente se encuentra correos- para presenciar un desfile y pronunciar los consabidos discursos, mientras las bandas de música llenaban el aire y le daban ambiente musical al festejo.

Vendría después una corrida de toros con tres animales en el lado sonorense, mientras que en el arizonense se realizaba un juego de beisbol entre los equipos Tucson Regulars y Nogales Association Team, en el que los tucsonenses ganaron 4 a 2. Ya atardeciendo se reunían en la frontera misma los Gobernadores Carranza, Hunt y Maytorena e intercambiaban discursos. Primero Carranza pronunció unas palabras agradeciendo la bienvenida, seguido por el Gobernador Hunt quien habló sobre la grandeza de nuestra nación, cuidándose, sin embargo, de hacer alguna mención sobre las diferencias que ya entonces se perfilaban entre Carranza y Maytorena: hacía sólo tres meses que Maytorena había sido reinstalado como Gobernador Constitucional de Sonora, y ya desde entonces sus problemas con los constitucionalistas no habían dejado de manifestarse.
Anocheciendo, el hotel Montezuma de la población vecina se convertía en el escenario de un banquete para el cual se sacrificaron tres becerros, y la fiesta continuó hasta ya pasada medianoche amenizada por la música y el líquido ambarino de Milwaukee.

El día siguiente, lunes, partía el tren nuevamente, llevando a los políticos ahora a Cananea, y allí permanecieron entre reuniones, mítines y festividades hasta el jueves, cuando regresaron a Nogales. Y fue aquí, un día después del regreso de Cananea, cuando firmó Carranza el decreto que formaba su gobierno.
Ya anocheciendo el viernes, día 17, para concluir esa semana en el norte de Sonora de actividades políticas de planeación de la futura estructura gubernamental, acudieron todos los acompañantes del Gobernador Carranza al teatro Ramírez a escuchar un concierto. Este teatro, ubicado en donde actualmente se encuentra el Edificio del Estado, le pertenecía a Cirilo Ramírez, como ya dije cuñado del Gobernador Maytorena. Y aunque no he rescatado la lista de asistentes al mismo, es probable que el Ingeniero Bonillas no se haya encontrado entre ellos.

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