La década de 1870 se puede entender en dos dimensiones en esta región: la política, con una serie de levantamientos armados en Sonora, primero contra el gobierno de Ignacio Pesqueira y luego contra su sucesor, Ignacio Mariscal; y la económica, cuando asciende Porfirio Díaz por primera vez a la Presidencia de la República en 1876 e inicia el despegue económico de México y de Sonora, lo que lleva a la fundación de Nogales en la siguiente década.
Durante esos años los apaches continuarían sus asaltos. Tan sólo en 1870 mataron 123 sonorenses, hirieron a 44 más y capturaron siete para un Sonora que alcanzaba apenas una población de unos 110,000 habitantes.
En 1872 llegaba a Arizona el General George Crook, quien utilizó el efectivo método de emplear exploradores también apaches para perseguir a los rebeldes, aunque estableció reservaciones indígenas en la frontera con México, por lo que los apaches continuaron realizando sus atropellos en Sonora para luego buscar el asilo del territorio estadounidense. Debido a las protestas del gobierno de Sonora, Crook intentó evitar estas depredaciones y cambió a los apaches a la reservación de San Carlos, ubicada más al Norte en Arizona. Este y otros factores llevaron a que a lo largo de esa década los asaltos apaches fueran disminuyendo en Sonora.
Por otro lado, la estabilidad que trajo el Porfirismo propició el florecimiento del comercio internacional durante esa década entre el entonces Territorio de Arizona y Sonora. En la región se encontraban las aduanas de Magdalena y Altar en México, y de Calabazas (actual Río Rico) en Arizona. Magdalena y Altar fueron escogidas por ser lugares poblados aunque se disminuía su efectividad por estar algo alejadas de la frontera. Calabazas, por otro lado, tenía la ventaja de que allí confluían dos caminos: el que procedente de Santa Cruz y de los ríos San Miguel y Sonora seguía a lo largo del río Santa Cruz pasando por Calabazas, y el que llegando de Magdalena y más al Sur, remontaba el paso de Encinas para atravesar luego el desierto rancho de Los Nogales y pasar también por Calabazas.
Lo inadecuado de la ubicación de las aduanas de México para controlar el contrabando, a lo que debemos agregar la construcción en el Sur del Territorio de Arizona del ferrocarril transcontinental que en 1877 llegaba a Yuma, para 1879 a Casa Grande y en 1880 a Tucsón, incrementaron el contrabando hacia Sonora de infinidad de artículos.
Para tener una idea de este comercio ilegal, vemos que en una confiscación realizada en marzo de 1880 fueron detenidas en Magdalena 25 libras de chocolates, 12 libras de azúcar refinada, 15 de nueces y 9 de fruta seca, mientras que en otro hecho en diciembre en el mismo lugar se detuvieron 6,813 yardas de tela de algodón y 1,627 yardas de tela lisa, además de varias docenas de pantalones, zapatos, calcetines y ropa interior. En Sásabe, también por entonces fue confiscado un cargamento que nos ilustra sobre los gustos de los sonorenses ricos de entonces: 25 libras de azúcar refinada, 20 cajas de frutas secas en caja, 24 cajas de jamones ingleses, 6 cajas de café, 11 libras de carnes inglesas y 3 de sardinas, además de 25 libras de arroz.
A pesar de la actividad de los celadores mexicanos, el contrabando detenido era mínimo comparado con los productos que lograban ser introducidos ilegalmente a nuestro Estado, como lo reconocía el informe del cónsul estadounidense en Guaymas, quien informaba que sólo en 1879 cuatro quintas partes de los productos de lana y algodón usados en Sonora habían sido introducidos en contrabando al Estado. Es claro que mucho de éste comercio ilegal pasaba por el desierto Arroyo Los Nogales y por otros puntos, entonces despoblados y desprotegidos de la frontera de México con Arizona.
Por otro lado, esa misma década empezó el desarrollo de las minas en el Sur de Arizona con los descubrimientos en 1877 del yacimiento de plata de Tombstone y el de cobre de Bisbee. Tombstone, por ejemplo, para 1881 tenía más de 7,000 habitantes, igualando a Tucsón, y para 1882 alcanzaba entre 10 y 14 mil, lo que a su vez incrementó aún más el movimiento internacional de personas y productos por la frontera entre Sonora y Arizona.
En esta región del actual Municipio de Nogales, y como prólogo de esa bonanza minera, en 1873 tomaba posesión en el mineral de Planchas de Plata, ubicado a unos 25 Km al suroeste del actual Nogales, un ayuntamiento encabezado por Modesto Bórquez como Presidente; Regidor I: Isidro Estrella; Regidor II: Francisco Gallego; y su Suplente fue Ramón Inclán; Juez Local Propietario: Jesus Quintanar y su Suplente fue Tiburcio Jaime, aunque la suerte que tuvo esa nueva población estaba ligada a la de la mina del mismo lugar y nombre, y al agotarse el mineral superficial el lugar regresó nuevamente al olvido de los tiempos. Sólo quedó por entonces habitado el cercano rancho de la Arizona, de Guillermo Barnett.
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