La primera acción bélica formal en Sonora en oposición contra Victoriano Huerta fue la toma de Nogales, el 13 de marzo de 1913. La importancia de esta acción de armas fue fundamental en el desenvolvimiento de la revolución mexicana. Marcó el inicio de la etapa constitucionalista de la revolución, así como de la brillante carrera militar del entonces Cnel. Alvaro Obregón, que seguiría con su campaña política y el ascenso al poder político del grupo sonorense en el México posrevolucionario. Pero además, en acciones bélicas como la de Nogales se definieron las fórmulas vencedoras de funcionamiento militar y político, establecidos por los sonorenses, que los harían triunfar durante la revolución: ejércitos asalariados y el ver los hechos armados y políticos de la revolución bajo la perspectiva inmediata de su eficiencia, con una orientación que se alejó de las corrientes ideológicas tradicionales de nuestro país.
Tal vez por eso Obregón escogió a Nogales como escenario para iniciar las acciones bélicas contra Huerta. Porque la importancia que tenía Nogales para los revolucionarios consistía en su condición de ser frontera con Arizona, o sea la posibilidad de conseguir armamento y municiones, de exportar productos sonorenses, de tener comunicaciones telegráficas casi instantáneas con el resto del país y el mundo y en consecuencia acceso a información que no se tenía en otras regiones del país, no sin dejar de mencionar el control de las exportaciones de las ricas zonas mineras para financiar el movimiento revolucionario.
Así fue cómo el entonces Cnel. Alvaro Obregón se dirigió a Nogales al mando de unos 600 hombres. Nogales tendría entonces unos 20 mil habitantes y se extendía a lo largo de la cañada desde la frontera hasta inmediaciones de la actual Plaza Hidalgo. Lo defendían alrededor de 100 hombres al mando del Tte. Cnel. Manuel Reyes, quien para incrementar sus fuerzas, echó mano de alrededor de 130 hombres de la Gendarmería Fiscal, al mando del Cnel. Emilio Kosterlitzki.
Reyes ordenó la reconstrucción de siete trincheras ubicadas en los cerros situados al Este y Oeste de la población, en cada una de las cuales ordenó colocar unos 20 hombres, además de una línea de 54 tiradores que defendían la entonces entrada Sur al poblado, desde la entrada de la actual Colonia Héroes hasta el cerro de la pila. Finalmente, destacó 25 hombres unos 500 m más al Sur, como avanzada para cuando se acercaran los atacantes.
Por su parte, Obregón se aproximó desde el Sur a la población, un Nogales que había estado bajo la lluvia y la nieve desde el día 11, y poco después de mediodía del día 12 envió a Chas L. Montague, Pedro Trelles y Juan Serrano a pedir la rendición de sus defensores, aunque éstos no aceptaron. Ya anocheciendo, Obregón mandó dos columnas de unos 150 hombres cada una en forma de pinza a rodear el poblado, por el Este al mando del Mayor Antonio A. Guerrero, y el Oeste bajo el Cap. Gonzalo Escobar, ordenándoles que iniciaran el ataque a la 1 de la madrugada del día 13. Al comenzar el enfrentamiento, el mismo Obregón, acompañado del Cnel. Juan Cabral y 15 jinetes, atacarían desde el Sur siguiendo a lo largo de la cañada. Sin embargo, las columnas laterales se retrasaron en su avance lateral, por lo que el combate inició hasta que amanecía el día 13, extendiéndose a lo largo de todo ese día. Los defensores perdieron al Cap. Miguel Valle, muerto en el Cerro a la entrada de la Héroes y a tres soldados, mientras que los atacantes tuvieron 6 muertos.
A eso de las 4 de la tarde, las municiones de los defensores empezaban a escasear, y el Cnel. Reyes decidió entregarse a las autoridades estadounidenses a eso de las 5 de la tarde, mientras que las fuerzas de Obregón esperaron hasta el día siguiente, 14, para entrar al poblado.
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