Todos conocemos la importancia tan fundamental que tuvo Nogales para la revolución mexicana. Esta se debió a que por el principal puerto sonorense los revolucionarios exportaban el ganado y demás productos sonorenses con que financiaban la adquisición de armas, también adquiridas en Arizona. Esa fue también la causa por la que Nogales haya sido la primera población que tomó Alvaro Obregón, el 13 de marzo de 1913, después del cuartelazo de Huerta, la muerte de Madero y el subsecuente desconocimiento a su gobierno por parte de Carranza y los sonorenses, al iniciarse la campaña militar constitucionalista.
A tal grado llegaría por entonces la preponderancia de Nogales como puerto internacional, que convirtió a Arizona durante la mayor parte de esa década en el segundo lugar en importancia de los EEUU, tanto en importaciones como exportaciones -después de Nueva York- como puerto comercial con México.
Hay que recordar que esta importancia se logró a pesar de que el presidente estadounidense, William Taft, había ordenado, el 14 de marzo de 1912, el embargo de armas destinadas a nuestro país, aunque se permitía al gobierno mexicano la importación de materiales bélicos, concediéndose o no el permiso después de un análisis de caso por caso, lo cual beneficiaba únicamente a los Huertistas.
Asociados con este embargo, abundaron los ejemplos de contrabando de armamento hacia Sonora en incidentes que nos ilustran sobre los métodos que se habían ideado por entonces para llevar a cabo este comercio subrepticio en la frontera nogalense.
Por ejemplo, una adquisición muy importante para los constitucionalistas después de la toma de Nogales fue la compra de un avión por Ramón P. Denegri y Santiago Camberos, el mes de abril de 1913 en Los Angeles, o sea apenas un mes después de la toma de Nogales por Obregón.
Este era un biplano marca Martin, de un solo asiento, que costó alrededor de $4,500 dlls. y se adquirió cuando el agente del Banco Nacional de México en Nogales, de apellido Sotomayor, giró $5,700 en favor de Camberos y Julio Piña, a través del First National Bank de Los Angeles para adquirirlo.
Después de comprado fue empacado en cinco bultos, que se remitieron por Wells Fargo Express a Tucsón, consignados a Thomas Dean, a donde llegaron el 6 de mayo. Al verificar su arribo a Tucsón, el Cónsul Huertista, Alejandro D. Ainsle, telegrafió a la Embajada Huertista en Washington, la que solicitó al gobierno estadounidense el embargo del aparato. Sin embargo, alguien que se presentó como Oficial del Tribunal de Justicia Federal autorizó la entrega de los bultos al consignatario, y éste los recogió.
Durante la noche del 7 de mayo los paquetes salían de Tucsón en una carreta tirada por cuatro bestias, aunque al amanecer se descubrió el engaño, y el verdadero Agente Federal ordenó que se incautara el aparato, saliendo en compañía del Vicecónsul Huertista de Tucsón, y alcanzando la carreta en Sahuarita. La embargaron, y dejaron cuidándola al Oficial Reuben Hopkins para regresar a buscar más ayuda a Tucsón.
Mientras, los que llevaban la carreta sobornaron a Hopkins y continuaron su viaje, cambiando su destino a cruzar la frontera por Naco el 21 de mayo. Cuando el Crnl Juan Cabral le informó al Crnl Alvaro Obregón el hecho, éste respondió felicitándolo “por la feliz introducción del pájaro.”
En Naco fue armado el avión y amaneciendo el 16 de mayo era traído volando de Naco a Nogales, de donde fue volado a Magdalena, Carbó y Hermosillo, a donde llegó a las 5 PM. Hubo ciertos contratiempos que demoraron su uso, y no fue sino hasta el 28 de mayo de ese 1913 en que era volado sobre Guaymas, primero para arrojar volantes que ofrecían salvoconductos a los huertistas que se rindieran, y después con unas bombas fabricadas ex profeso que pesaban alrededor de 20 Kgs, sobre Empalme, en donde se encontraba fondeado el barco Huertista “Morelos,” atacándolo y lanzándole las bombas, aunque sin acertar ninguna.
Posteriormente fueron fabricadas otras “bombas” que consistían en tubos repletos de dinamita y pedacería de metal y que no tenían ni espoletas ni estabilizadores. Para entonces, el cañonero Tampico había defeccionado en Guaymas, cambiándose a los constitucionalistas, y se dirigió a Topolobampo, Sinaloa, en donde fue atacado por los Huertistas que le causaron daños que lo obligaron encallar.
Entonces, Obregón ordenó que el biplano fuese llevado a Topolobampo a protegerlo. En esa acción, según el mismo Obregón lo consigna, “…pudimos observar las columnas de agua que se levantaban cerca de los barcos enemigos (El Guerrero y el Morelos) por la explosión de las bombas que de nuestro biplano se arrojaban…”
Esta es la historia del biplano Sonora y su uso durante esa fase de la revolución constitucionalista en contra de Huerta, en la primera ocasión en la aviación mundial en que un avión haya sido usado en hechos de guerra. Pero también, este hecho inauguró a Nogales como fuente de abastecimiento de armamento para los revolucionarios.
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