Después del rompimiento entre Villa y Carranza, Sonora y Nogales lograron un respiro momentáneo, ya que el escenario de la revolución se trasladó al centro del país, al Bajío.
Para marzo de 1915, la situación nacional de los constitucionalistas encabezados en lo político por Carranza y en lo militar por Obregón, era precaria. En el Noroeste, Plutarco Elías Calles se encontraba aislado en Sonora por las fuerzas de Maytorena. En el Noreste, Villa asediaba continuamente a Tampico. En el Sur, las fuerzas Zapatistas bloqueaban el avance de los Constitucionalistas. Así, era necesario que los Constitucionalistas abrieran otro frente para disminuir el poder villista.
Obregón contaba por entonces con alrededor de once mil hombres, de los que seis mil eran de caballería y el resto, infantería. Villa, por otro lado, tendría de dos a tres veces más soldados, aunque para la primera batalla del enfrentamiento que venía no dedicó más que alrededor de doce mil, pensando que lograría un triunfo fácil, y únicamente fue incrementando su número hasta alrededor de treinta mil hombres conforme fue avanzando la batalla sin que lograra el triunfo.
El primer error de Villa fue alejarse de Torreón y establecer su base de operaciones en Irapuato, lugar en donde confluían dos ferrocarriles: el que venía de Jalisco, territorio constitucionalista, y el proveniente del norte, territorio villista, para de Irapuato dirigirse a la Cd. de México.
El Gral Felipe Angeles, quien se encontraba entonces recuperando de una caída de caballo y no pudo por lo tanto brindarle su experiencia sobre el campo de batalla, le había advertido que no era adecuado un enfrentamiento tan lejano a su territorio y le aconsejó engañar a Obregón para que lo siguiera hasta su región, en donde podría enfrentársele adecuadamente. Villa, sin embargo, no atendió esas recomendaciones.
El Gral Felipe Angeles, quien se encontraba entonces recuperando de una caída de caballo y no pudo por lo tanto brindarle su experiencia sobre el campo de batalla, le había advertido que no era adecuado un enfrentamiento tan lejano a su territorio y le aconsejó engañar a Obregón para que lo siguiera hasta su región, en donde podría enfrentársele adecuadamente. Villa, sin embargo, no atendió esas recomendaciones.
Obregón, por otro lado, una y otra vez había empleado la táctica con Villa de llevarlo a que atacara como acostumbraba con su caballería. Además, había estudiado los cambios técnicos bélicos que se habían introducido en la guerra europea que entonces se desarrollaba: la supremacía de la artillería móvil, las trincheras y las alambradas que hacían obsoletos los ataques de caballería. Así, determinó que la región de Celaya era ideal para ese nuevo estilo de guerra con su valle dedicado a la agricultura y por lo tanto cruzado por acequias de riego que dificultaban el avance de la caballería, a la vez que facilitaban la excavación de las trincheras obregonistas.
El 4 de abril de ese 1915 llegaba Obregón a Celaya, y al día siguiente envió una columna de 1,500 hombres rumbo a Irapuato, distante unos 55 Km, a investigar la situación. Un día después supo que habían sido atacados a unos 20 Km de allí, en Estación Guaje, y necesitaban refuerzos. En un tren encabezado por él mismo, salieron rumbo al lugar, y al llegar ordenó tocar el silbato como distracción. El propósito se cumplió: las fuerzas constitucionalistas expedicionarias pudieron subir al tren, los villistas creyeron que llegaban más refuerzos y cambiaron su ataque al mismo, mientras que éste se retiraba de vuelta a Celaya sin permitir que lo alcanzaran los villistas, pero incitando que lo persiguieran hasta cerca de Celaya, en donde los constitucionalistas los rodearon. Allí se dio la primera batalla.
Para el día siete, al debilitarse los villistas, Obregón ordenó que su caballería los atacara por ambos flancos. Los villistas, aterrorizados, huyeron rumbo a Irapuato perseguidos alrededor de quince kilómetros por los constitucionalistas hasta que anocheció, y fueron dejando regado de cadáveres el campo.
Era la misma táctica bélica que había empleado Obregón en su primer combate, al tomar Nogales el 13 de marzo del año anterior: una columna central de distracción dirigida por él mismo y, en forma de pinza otras, laterales, para rematar al enemigo.
Para el segundo combate, Obregón formó sus fuerzas en un anillo alrededor de Celaya, lo que forzó a Villa a extenderse en un frente de unos 20 Km rodeándolo. Lo que no sabía Villa era que Obregón había enviado siete mil hombres de caballería a la retaguardia, en donde Villa no los pudiera ver, a esperar el momento para entrar en acción. La intención era que los villistas atacaran alrededor de ese anillo sin centrar su ataque en un punto, y por lo tanto que no tuvieran fuerza concentrada suficiente; para después, al debilitarse, que fueran atacados por su retaguardia con la caballería. Y así ocurrió.
La batalla empezó el 13 de abril, y al anochecer del día siguiente Obregón juzgó que los villistas estaban suficientemente débiles para atacarlos con la caballería. Amaneciendo el día 15, entraba en acción ésta, mientras que otra columna salía de Celaya para abrir un frente de dos pinzas. Los villistas huyeron en desbandada rumbo a Irapuato (En seguida muestro una entrevista con el historiador Jean Meyer, acerca de la batalla de Celaya)
Después de la batalla de Celaya, el Gral Obregón les preguntó a los soldados prisioneros villistas que quienes fueran oficiales de ellos se identificaran, ya que éstos se habían disfrazado como soldados rasos, y les prometió que no se les haría daño. Ciento veinte oficiales villistas se identificaron e inmediatamente fueron fusilados por los obregonistas.
Obregón tomaría casi sin resistencia el día 22 a Irapuato, y durante mayo continuaría la batalla alrededor de León. Fue entonces que perdió un brazo al explotarle una pieza de artillería, aunque continuó la batalla dirigida por sus subalternos, y para el día 5 de junio caía León en manos constitucionalistas. Finalmente, el 10 de Julio caía Aguascalientes en el último intento villista de derrotar al constitucionalismo.
Allí se definió la suerte de dos de las corrientes ideológicas revolucionarias: la del México rural y la del México urbano e individualista.
El 19 de octubre se daba el reconocimiento estadounidense de facto a los constitucionalistas, y el día 28 Obregón ordenaba suspender más reclutamientos, ya que Villa se había retirado a Sonora muy mermado en su poder. Este desarrollo sonorense lo veremos el próximo artículo…