sábado, 18 de septiembre de 2010

Nogales durante 1919


Después de los artículos que escribí acerca de la guerra de independencia en Sonora a propósito de la conmemoración del bicentenario que acabamos de realizar, regreso ahora a la crónica de la revolución en nuestra región, serie que realizo a partir de septiembre pasado en conmemoración del centenario del inicio de este movimiento armado, conmemoración que realizaremos el próximo mes de noviembre.

En el último artículo de la serie sobre la revolución habíamos visto cómo Alvaro Obregón había lanzado su candidatura a la presidencia de la república a través de un manifiesto publicado aquí, en Nogales, el 1 de junio de 1919, lo que provocó el acoso del gobierno de Carranza a los sonorenses, quienes a su vez respondieron con el Plan de Agua Prieta, mismo que derrocó al gobierno de Carranza en 1920.

Mientras sucedía ésto, aquí, en Nogales, y a pesar de que nunca fue una región dedicada a la fabricación del mezcal –conocido actualmente como bacanora- había causado impacto la recepción de una circular del Estado, emitida el 10 de junio, que argumentaba que a pesar de que se había prohibido la fabricación del mezcal, éste continuaba destilándose, por lo que ordenaba que en lo sucesivo fuera pasado por las armas cualquier fabricante o traficante de este licor. Diez días después, sin embargo, otra circular declaraba que quedaba sin efecto esta disposición, no así la campaña contra los fabricantes de licores, y para subrayarlo el Gobernador le enviaba un enérgico telegrama al Presidente de Nogales en el que le indicaba que: 

“…debe terminarse por completo bajo la responsabilidad del Ayuntamiento con la venta de bebidas embriagantes y con los juegos prohibidos por la ley [por lo que] antes de diez días todos los alcoholeros estén en el yaqui prestando sus servicios a la campaña contra los indios rebeldes…” 

Con esta advertencia, el gobierno municipal inició una campaña en la que algunos alcoholeros y matronas fueron enviados al Yaqui y a Sinaloa, respectivamente.

Casi se cumplía ese año una década del inicio de la revolución, un movimiento armado en el que Nogales había figurado en forma importantísima a partir del Constitucionalismo, y era mucho lo que había cambiado durante ese periodo la entonces villa. La población se extendía desde la frontera hasta la entrada de la que con el tiempo sería Colonia Granja, y había cuatro escuelas de estudios básicos: la Escuela Superior (actual Pestalozzi. Para leer su historia, haz click aquí) en donde había dos: en la planta alta la Superior de varones, bajo la dirección de José Lafontaine, que tenía siete salones y 199 niños, mientras que en la planta baja se encontraba la Superior de niñas, bajo la dirección de Manuela Nieblas en la que había 273 niñas; además estaba la escuela Oficial Mixta No. 1 cuya directora era Juanita Inclán, con 4 grupos, y la escuela Mixta Melchor Ocampo, cuya directora era Petra López en la Colonia Obrera. Además, el nuevo gobierno municipal abría el 21 de octubre una escuela en la Arizona, con 21 niños como alumnos. 

Por esos mismos días, el 28 de octubre, una manifestación despedía en la estación del ferrocarril, ubicada a unos pasos de la frontera, al General Álvaro Obregón, que partía a iniciar su campaña para la presidencia de la república, mientras que su negocio nogalense de importaciones y exportaciones quedaba bajo la dirección de Ignacio Gaxiola.

A fines de ese año de 1919, debido a que Nogales alcanzaba ya una población que se estimaba en 8,000 habitantes, que había 127 giros mercantiles, 4 casas de comisión, 11 agencias aduanales y se calculaba que la propiedad raíz ascendía a unos 8 millones de pesos, a la vez que el movimiento comercial pasaba de $800,000, era enviada una solicitud al Congreso del Estado para que Nogales fuera elevado a categoría de ciudad. También terminando ese año se publicaba el Reglamento de Vehículos de Nogales, que establecía una velocidad máxima de 15 millas por hora. Era que el poblado contaba ya con 52 vehículos particulares y 54 de alquiler aunque, como siempre, había un prietito en el arroz: por esos mismos días se quejaban los vecinos del Embarcadero Viejo, barrio cuya población alcanzaba unos 300 habitantes y contaba con más de 70 casas, que los carros del ferrocarril siempre se encontraban estacionados a la salida de esa cañada, obstruyendo el paso.

En respuesta a la solicitud de los nogalenses, el día primero del año siguiente, 1920, aparecía en el periódico oficial la Ley Número 23, cuyo único artículo rezaba: “Es de elevarse y se eleva a la categoría de Ciudad la hoy Villa de Nogales.” Así, Nogales era ya una ciudad cuyos barrios principales eran: el del Cementerio (del Rosario actual), Cañada de los Locos (Buenos Aires actualmente), del Embarcadero, del Cementerio Nuevo (Héroes de hoy), Pierson (en el cerro), Aguirre, Cañada Vázquez, Ranchito, Rastro Viejo, la Sonora y la del Rastro Nuevo, estas dos últimas pertenecientes a los nuevos desarrollos de las Colonias Moderna y Obrera.

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